Un año más se termina.
Es momento de revisar, de hacer balance, de tomarse unos minutos para “darnos cuenta”, para exprimir el año a tope, como se merece, y sacar el máximo partido a todas las experiencias vividas.
¡A TODAS!
Seguro que has tenido momentos bonitos, agradables, divertidos, entrañables, tranquilos, incluso plenos y rebosantes de felicidad.
Puede que te cueste encontrarlos al principio, pero estoy segura de que hay muuuuchos y de que cada uno de los días de este año ha habido varios de esos.
Tómate unos minutos para revivir con todo lujo de detalles esas sensaciones, esas emociones y permite que tu cuerpo, tu mente, y tus células se empapen de ellas.
Grabártelas en cada rincón de tu ser, nútrete de ellas. Porque ellas serán el motor que te permitirá avanzar en los momentos más difíciles.
También habrás vivido otros momentos más difíciles, e incluso dolorosos. Y seguro que algunos de ellos, a priori, preferirías que no hubieran existido nunca.
Éstos suelen ser más fáciles de recordar, e incluso pueden llegar a nublar los momentos bonitos que has vivido.
Y es precisamente en estos momentos de angustia, de tristeza, de dolor, de frustración, de impotencia…donde me gustaría que te pararas unos minutos.
Ahí es donde está el mayor y mejor aprendizaje del año.
Trata de ir más allá del hecho en sí y enfócate en sacar el aprendizaje que se esconde detrás de esa experiencia.
En cada uno de esos momentos de dificultad, se encuentra un mensaje que está tratando de ser descifrado. Lo importante es que lo descodifiques, que saques conclusiones de todo lo que te ha aportado (que seguro que es más de lo que te imaginas).
ESA es la clave.
Si has sido consciente de por qué ha estado en tu vida, entonces saldrás reforzado, habrás crecido y pasado de pantalla (como en los videojuegos).
Si te quedas sólo con las desagradables sensaciones que te produjeron, entonces….te tocará volver a experimentarlo hasta que aprendas lo que esa experiencia te ha venido a enseñar. ¡Sí, así funciona!
El Universo se encargará de volver a colocar en tu camino, la misma experiencia, con personas, lugares y escenarios diferentes, hasta que aprendas lo que necesitas aprender.
Así es que todavía estás a tiempo, de revisar, de que se te “caiga la ficha”, de ese “¡ahora lo entiendo todo!”, de ese “no, si al final, le tengo que dar las gracias y todo…” que me encanta.
Recuerda que todo lo que sucede en tu vida es “sólo” responsabilidad tuya, y si esos momentos han estado ahí es porque los has necesitado para aprender, para superar tus miedos, para apreciar más lo que tienes, para quererte más….en definitiva, para crecer y sentirte mejor.
También estos días es un buen momento para plantearte retos, propósitos, objetivos para el 2018.
Yo tengo muchos, ¡qué ilusión!, que iré compartiendo contigo a medida que se vayan materializando.
Un millón de gracias por haber formado parte de mi 2017, un gran año en el que he retomado, entre otras cosas, el contacto contigo, y eso me hace muy feliz.
Aprovecha para pedirle a los Reyes (=Universo) todo aquello que deseas de verdad.
Y acuérdate de AGRADECER todo lo vivido, todo lo que ya tienes y esa será la mejor manera de atraer a tu vida lo que realmente deseas.
Pide…y se te dará.
Lo mejor está por venir.
¡Feliz final del 2017!
Nos vemos el año que viene
Muchos besos