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Es otoño. ¡Ahora sí!.
Parecía que no iba a llegar nunca.
Con lo necesario que es. ¡Más de lo que nos imaginamos!.
Y es que el otoño es el tiempo de reconciliación por excelencia.
Y ya empezábamos a pedir a gritos parar, mirar hacia dentro, soltar, aceptar, agradecer y empezar a colocar nuestro pasado en su sitio, en el lugar al que pertenece, y para eso, lo primero y fundamental es reconciliarse con él.
En ocasiones, por no decir casi siempre, nos olvidamos de dónde venimos, nos olvidamos de que estamos aquí porque muchas personas antes que nosotros se unieron y, a través de la sexualidad han ido pasando la vida hasta nosotros.
Y obviamos que los que nos la pasaron son nuestros padres, esas personas…tan imperfectas…a veces. Y que ellos la recibieron de nuestros abuelos…y así en una progresión geométrica hacia atrás…
Con la Era de la tecnología y la vida tan separada de la naturaleza, hemos olvidado que venimos de una tribu y somos parte de ella, que esa es nuestra naturaleza. Hemos perdido el sentido de la tribu, pero no por eso nuestra vida, nuestro destino es ajeno a ello.
Muchos problemas “personales” que vamos arrastrando a lo largo de nuestra vida, tienen que ver con los asuntos no resueltos del clan al que pertenecemos: personas excluídas, ignoradas, muertes prematuras, enfermedades graves, asuntos de guerra, deudas, ganancias dudosas, pérdidas, vínculos dañados, mandatos familiares…etc.
El reconocer que somos parte de un sistema, nos permite ver que, por ejemplo:
– algunos problemas de pareja tienen que ver con lealtades a las mujeres de mi familia que no tuvieron a un hombre a su lado,
– que mi depresión tiene que ver con que miro a alguien de mi sistema que no tuvo un destino fácil
– que mis fracasos en el trabajo tienen que ver con el amor que le profeso a mi hermano deficiente o muerto…e inconscientemente digo: “si tú no vives, no triunfas, yo tampoco..”
– que mi baja autoestima está enraizada en el rechazo a mis padres…etc.
Innumerables dinámicas familiares están tras los problemas “personales”.
Y las Constelaciones Familiares resultan ser una herramienta muy eficaz para ir a la raíz del asunto de una forma muy clara, visual, y lo que es más importante, nos muestra un camino de soluciones.
Este mes, te propongo un reto, que empieces a reconciliarte con tu pasado, que reconozcas tu origen, que agradezcas a tus ancestros todo lo que hicieron, porque gracias a ellos tú estás hoy aquí.
¿Aceptas el reto? Anímate y cuéntame cómo te está yendo
Y si te bloqueas, te atascas y nos sabes cómo seguir, estaré encantada de ayudarte en uno de los Talleres de Constelaciones Familiares que realizo este mes.
Aquí tienes las fechas y toda la información.
Y si esas fechas no te encajan, puedes pedirme cita para una constelación individual (pide cita en el 660774738), donde, de la mano, podré ayudarte a reconciliarte, a sanar y a colocar tu pasado en su lugar para que te permita vivir la vida que estás destinado a vivir.
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